viernes, 16 de octubre de 2009

Los títeres en Italia


Aunque los títeres son tan antiguos como la humanidad y no se puede saber bien cuál es su origen -Charles Nodier asegura que el primer títere de la humanidad fue la primera muñeca en manos de un niño con un monólogo como guión improvisado-, sin embargo, en Italia tuvieron un importante peso, lanzadera de los títeres a otros muchos lugares de Europa.
Durante la época del gran imperio romano eran muy populares las representaciones de farsas tomadas de la realidad. No cabe duda de que, provablemente, el nacimiento de los títeres se deba a la utilización de las máscaras que utilizaban los actores en sus actuaciones en los grandes anfiteatros grecorromanos: la máscara, que no podía moverse, bien pudo ser el origen del primer muñeco de títeres. Así lo atestiguan en sus escritos Petronio u Horacio.
Algunos estudiosos creen que el teatro de títeres tuvo su enorme influencia en La commedia dell' arte, de Dante Alighieri. Ambos evolucionaban a la par, prestándose máscaras y los decorados más variopintos.

En Italia, a los muñecos articulados se les llaman de diversas maneras (no como en castellano, que debiéramos recuperar mejor el vocablo títere para denominar a cualquier tipo de muñeco articulado). Los más populares, los títeres de guante, son los burattini. Se caracterizan porque del faldón de su vestido, a menudo cuelgan los dos pies del muñeco, aunque éstos carecen de movimiento por parte del actor-manipualdor. De ellos, Puchinella es el rey. Algunos estudiosos afirman que el nombre de burattini procede de un actor llamado Burattino, célebre por sus famosas máscaras y que todavía vivía en el siglo XVII. Al títere movido por hilos se le denomina fantoccini o fantoccio. La fábula de Pinocchio es un ejemplo de la popularidad de estos muñecos.

Los italianos se han entregado por completo al arte titeril. Su quehacer sirvió de influjo en la aparición de los títeres en Francia, Inglaterra, Alemania o Checoslovaquia. Aunque, sin duda, luego éstos fueron evolucionando a su propio ritmo, dando lugar al famoso Guignol (creado por el titiritero Laurent Mourguet, en Lyon), a la simpática pareja de Punch and Juddy (Londres) y al popular Kasparek, de manos de Matej Kopecky -hoy tenido como héroe nacional- en Praga.

Sin duda, Italia es la cuna importante del nacimiento de la tradición titeril en toda Europa. Desde este blog intentaremos seguir profundizando en la historia de los títeres.

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